Todas las conversaciones con una pared de ladrillo son agujereadas y "gruyere". Ahora, con el yeso, ya no puedes hablar con ellas sino con los que están al otro lado de ellas que te radian sus amores.
Gambito Evans: Cuando todo paracía perdido, me di cuenta que el rey estaba en medio del tablero, así que entregué un peón a cambio de una posición ganadora. Este juego de escaques es como la vida, siempre hay que sacrificar algo para obtener otra cosa a cambio, el chiste está en saber qué, cuándo y cómo sacrificar, ¿no?
Anónimo ha dicho que…
Me pregunto si los diálogos en herradura tienen la propiedad de protegernos, de no herir nunca con las palabras. Como las herraduras clavadas en los cascos de los caballos, para que no se dañen sus pezuñas al andar. Si es así, cambio por un tiempo. Lo mejor de las conversaciones con una pared “gruyere ” con agujeros es lo que hay al otro lado y lo peor que no tengas un buen vino tinto para acompañarlas. En cualquier caso, cuidado con la caducidad de la pared y las grietas del queso. Un saludo
Comentarios
me la comería encantada!
...ñam, ñam...
;)
Um beijo no queijo!
Traducción: un beso en el mentón!
Saludos.
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Cuando todo paracía perdido, me di cuenta que el rey estaba en medio del tablero, así que entregué un peón a cambio de una posición ganadora. Este juego de escaques es como la vida, siempre hay que sacrificar algo para obtener otra cosa a cambio, el chiste está en saber qué, cuándo y cómo sacrificar, ¿no?